¡Adiós San Petersburgo! ¡Hola Puerto Seguro!

Hombre Lobo el Exilio no es un gran juego. Es un buen juego del cual quisieron abusar exigiendo la necesidad de varios manuales para poder jugarlo al 100%, eso o comerte la cabeza de forma absurda para que funcione. He tenido la sensación de que todo lo que me contaban estaba a medias; tengo un solo suplemento (sobre los Territorios de las manadas, crearlos y tal) y me ha ayudado muchísimo a la hora de crear el setting. No quiero ragear del juego mucho, da lo mismo, lo he disfrutado como un enano, pero quiero advertir a aquellos que se vayan a meter en ese lío. Los libros básicos (Réquiem, Exilio, Despertar, etc.) de MdT 2.0 son malos. Cuando digo malos me refiero a incompletos. Son una plétora de buenas ideas a medio explicar, que obligan a que el máster ponga demasiado de sí mismo para rellenar los huecos o pase por caja comprando manuales que difícilmente bajan de 30€ cuando su valor real no pasa de los 20€. Los suplementos son una pasada, no he tenido en mis manos ninguno (de ninguno de los 3 grandes) que no haya querido comprarme a la de ya. Esa sensación es chula cuando no es necesaria, cuando tienes un montón de ideas en el juego básico que ya son suficientes para jugar. A la vista está en que no funcionó el sentido comercial de publicar un libro a medias, y es una pena porque la ambientación y el folklore de este juego lo hacen uno de los más interesantes de todo Mundo de Tinieblas (nuevo y viejo). Dejemos esto de lado y vayamos al turrón.

Toca pasar la antorcha que me pasaron. Esa es la sensación que se me queda cuando acabas una campaña y enseguida empiezas a jugar otra. Tuve esa sensación a principios de verano, cuando yo tenía unas ganas locas de dirigir y pusimos en stand by la campaña de D&D que ahora retomaremos, todo para que por fin pudiera expulsar de mi costado una espinita que tenía clavada desde hace años (dirigir Hombre Lobo el Exilio).

El centro de mi vida rolera fue jugar con mis amigos de siempre durante periodos de mayor o menor actividad, mezclando campañas, cambiando con menor frecuencia de lo que me gustaría de master y jugando sagas épicas de 10-12 sesiones de juego que se alargaban en ocasiones años. Tenían spin offs que dotaban de contenido a la campaña (rollo cuando fallaba algún jugador o jugadora) y cosas así. Esta es la vez que más sesiones he dirigido yo solo a una campaña y en el menor tiempo posible y ha sido una experiencia muy enriquecedora. Creo que han sido 20 o más partidas en las que mis jugadores han navegado a través de males legendarios afincados en el mundo espiritual de San Petersburgo, problemas con la mafia y bueno... un frío del carajo.

El final ha quedado bastante apretado en términos de guión, ya que una última resistencia en una isla mientras montones de espíritus malignos desembarcan es algo facilón, pero no vamos a negar que mola mil vivirlo. Y ya, he aprendido un montón con esta partida, he aprendido a hacer de máster de una forma que ya no recordaba, cada semana un disparo, cada semana avanza la campaña un poco más, a pequeños pasos en vez de a grandes saltos. Eso es lo que más me ha costado, pero hacia mitad de la misma me he adaptado y he ido resolviendo poco a poco todo.



Uno de los grandes problemas ha sido que he querido disgregar la campaña en muchas de las pequeñas cosas que me gustan del trasfondo del mundo. Al final ha quedado saturado de cosas que pasan y no he podido desarrollar al 100% todo lo que quería pero eh, no me puedo quejar para nada. Tenía ganas de acabarla, yo mismo había notado que me iba quedando cada vez más barroca y o la terminaba o alisaba el mantel y la alargaba seis meses más. 

He cerrado todas las tramas que quería y he dejado abiertos una serie de problemas cuya solución se podría investigar en una segunda parte de la campaña, algún día, si hace falta. Ahora me toca cambiar de sitio, dejar la pantalla y coger los dados para volver a explorar dungeons malditas y destinos inescrutables.

Volvemos a Reinos Olvidados, dejamos el crudo frío del mundo de tinieblas ¡Adiós San Petersburgo! ¡Hola Puerto Seguro!

Comentarios

Entradas populares