Las crónicas de Belgarath y Mallorea

Este fue uno de los primeros borradores que creé en este blog y era para hacer una reseña de una de mis sagas favoritas de juventud: Las Crónicas de Belgarath y su continuación Las Crónicas de Mallorea. Son cinco libros cada una y he pensado que necesito más desahogarme que contaros de qué va, si necesitáis una reseña entrad en la wikipedia y más o menos lo encontraréis todo. Os voy a contar la historia de mi vida con esta saga.


No recuerdo cuándo exactamente leí las Crónicas de Belgarath, fue una época en la que por fin leía bastante fantasía y me encantó. Posteriormente dirigí una crónica en la que metí muchas cosas proféticas que bebían directamente de esta saga. Vamos, la historia era de lo más normal, pero me encantaba cómo movía los hilos de la profecía y el destino. La encumbré rápidamente al podio de mis autores favoritos y mis sagas más recomendables.

Investigando, descubrí que David Eddings (el autor), había escrito alguna cosa más, pero lo que más me interesaba era la continuación de la primera pentalogía: Las Crónicas de Mallorea. Las busqué por todos sitios, estuvieron en mis listas de navidad durante un montón de años. Estaba atento y de vez en cuando buscaba si se habían reeditado. Pasó a ser mi ballena blanca, mi pequeña Moby Dick; tanto que una vez estuve a punto de comprarlos de segunda mano a 20€ cada uno pero me dije, bah, ya lo encontrarás. Y así fue, por lo que me lancé a comprarlos (y me gasté 20€ en total, así que bien) y llegué muy emocionado a casa aquel día.

¡Me los leeré todos otra vez! ¡Qué gran idea! ¡Y así me acordaré perfectamente de lo que ha pasado!

Qué gran error.



De esto he extraído una gran lección. Me pasó algo parecido con las Crónicas Vampíricas de Anne Rice y su Entrevista con el vampiro. La primera vez que me lo leí me encantó pero la segunda... creo que ni la acabé de lo lenta y aburrida que me pareció. Pues con las crónicas de Belgarath me ha pasado algo similar, pero he seguido leyendo. Todos las situaciones se repetían hasta el ridículo, las expresiones y las bromas entre los personajes anunciaban a gritos que el escritor no sabía cerrar escenas y necesitaba de unas coletillas repetidas hasta la saciedad.

Entonces frené y pensé: «a ver, es una novela que te leíste de adolescente y te encantó, es normal que en aquella época no tuvieras buen gusto. Ahora sigue leyendo y deja de lado todo lo que acabas de pensar, intenta disfrutar sin más». Lo he conseguido a medias pero ya la cosa no pintaba bien para mi particular ballena blanca. Quizás el problema es que encaré la lectura de Mallorea con muchas dudas e ínfimas esperanzas.

El resultado ha sido desastroso, tanto que no he tenido ganas de escribir este post en mucho tiempo. El hype ha sido demasiado fuerte, ha durado demasiados años y me lo he comido yo solito, a nadie quiero culpar. La trama es repetitiva hasta la saciedad, el machismo bastante extendido en todas las novelas de fantasía está presenta con absurda inquina, aquello que me pareció tan interesante en la adolescencia sobre el destino me ha parecido obvio a más no poder... en fin, para no parar.

¿Consejo? Leedla si tenéis menos de veinte años y luego dejadla en la memoria tal como está, que no os de por releerla porque... no merece la pena. 

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