Estamos escuchando

No sabía dónde poner esta disertación, debería ir en todas y cada una de las pestañas del blog. El título del post tampoco ha sido fácil, debe significar lo que quiere significar y nada más. Así que aquí me veo, casi un año después de empezar a escribir en este blog, escribiendo ahora mismo el post número 100 y hablando de un tema serio que para nada sigue la temática normal de esta casa. 

Vamos a hablar del papel de la mujer en nuestra afición: no hay igualdad.



Yo, que me considero una persona cabal que lucha con sus actos diarios contra la desigualdad de cualquier tipo (con mayor o menor fortuna), me he visto teniendo actitudes repletas de micromachismos, sin darme cuenta, cuando he atendido a una mujer que venía, por ejemplo, a comprarse un juego de mesa.

Es muy fácil para mí como hombre blanco, heterosexual y con estudios universitarios hablar desde la completa y absoluta ignorancia sobre cómo se debe sentir una mujer a la que en lugares menos considerados que mi casa, va a comprar un juego de mesa e instantáneamente se la trata como si estuviera buscando un regalo para alguien (probablemente su pareja). Algunos podrían decir que simplemente es una cuestión estadística, que muchas mujeres van a tiendas frikis a comprarles juegos a sus parejas. Es cierto pero irrelevante. Este problema lo he solucionado de forma espero que bastante elegante y sencilla, simplemente preguntando a la persona (hombre o mujer me da igual) si es un regalo o no. Igualando sin pretensiones la pregunta tanto para hombres como para mujeres espero haber dado en el clavo; además de que así conseguimos información útil para guiar al cliente hacia el producto que está buscando -aunque a veces no lo sepa-.

Esto es la punta del iceberg y solo muestra la debilidad con la que nos enfrentamos a cuestiones tan complejas. Los hombres tenemos que escuchar, aprender lo que quieren decir las irritadas -con razón- voces de las mujeres. No tenemos que decirles cómo deben luchar, debemos adaptarnos a cómo quieren luchar por la igualdad que tanto merecemos. Me apetece cero que las generaciones futuras tengan que convivir en un ambiente machista, tengo ganas de que no tengan que hacer esfuerzos por «ayudar en casa», quiero que la terminología «ayudar en casa» no sea un eufemismo de «ayudar a la mujer de casa» y también se tiene que trasladar todo esto al ocio.



Algunos se preguntan ¿qué pasa con las mujeres que juegan a rol o a juegos de mesa? ¿Dónde están? Y probablemente más de uno estaréis agitando la cabeza diciendo «pues yo juego con varias chicas a rol cada semana, no es tan raro». No, no es tan raro. Hay muchas mujeres que juegan a rol, juegos de mesa, miniaturas y cartas. Si os fijáis, se reparten más entre los juegos de mesa y los juegos de rol. Estoy generalizando, casos particulares los hay en todas partes, pero hablo desde mi experiencia en cuanto a la venta de juegos de estos cuatro tipos a hombres y mujeres desde mi tienda. ¿A qué juegan más las mujeres? Juegos de mesa y juegos de rol. Indudablemente. ¿Por qué? Pues cada caso particular tendrá sus propias razones, es estúpido pensar que podemos definirlo todo, pero sí que puedo lanzar algunas líneas maestras, algunos motivos por los que creo que juegan más a estas dos cosas que al resto.

Todo el mundo puede jugar a wargames o juegos de cartas en su casa, con sus amigos; coincidiréis conmigo en que como más se disfrutan estos dos hobbys es mezclándote con gente diferente, que cuando has jugado diez veces contra el ejército de tu amigo, o contra el mazo que se ha hecho esta semana, empieza a ser un poquete aburrido y quieres encontrar gente distinta. Eso implica ir a sitios, sitios donde el ambiente puede ser bueno o malo, sitios donde la competición puede ser hardcore o light, etc. El paso de ir a jugar con desconocidos es complicado seas hombre o mujer, a no ser que seas extrovertido o no te quede otra. ¿Se os ocurre algún motivo por el que una chica no quiera ir a jugar a un lugar donde no sabe qué se va a encontrar? Así a bote pronto ¿cuántos de vosotros conocéis historias o incluso habéis vivido momentos incómodos en los que una amiga se ha visto acosada por comentarios, miradas e insinuaciones no solo desafortunadas sino totalmente inapropiadas? Igual empezáis a entender porqué hay la sensación de que pocas mujeres juegan. Igual la sensación la tenemos porque intentan jugar en lugares en los que se sienten totalmente cómodas (como lo hago yo o lo haces tú) y eso suele ser su círculo de amigos o familia.

El mercado también se ha retroalimentado de su público objetivo. Si los que van a comprar mi producto son mayoritariamente hombres, debo darles lo que quieren... todo está orientado para que la rueda siga girando y se perpetúe. Los juegos de mesa y de rol han variado un poco esa dinámica ya que han abarcado más público, con lo cual han incluido automáticamente a la mujer en sus líneas de producto. Algunos diréis que los hombres y las mujeres no somos tan diferentes. Sí que lo somos, igual que tú y que yo, si no fuéramos diferentes este planeta ya no existiría. Creer que a ellas, en conjunto, les gustan las mismas cosas es tan absurdo como pensar que a nosotros nos gustan las mismas cosas. Los juegos de mesa sobretodo han sabido capitalizar un ocio neutro que gusta tanto a ellas como a nosotros, quizás la industria del wargame y los juegos de cartas deberían hacer algo similar en vez de recurrir al tan manido «cada vez juegan más chicas»...¡no las suficientes!

Ostras, qué cosas, igual tenemos la puta culpa de que no haya más mujeres entre nosotros. Y también es un estereotipo pensar en que las que sí que vienen están porque son más fuertes o les da igual lo que piensen de ellas o blablabla. Las chicas que vienen a jugar a asociaciones y tiendas han tenido que superar, lo hayan valorado así o no, una serie de temores incrustados en su personalidad; temores que surgen de que un día un tío las siguió por la calle, temores que surgen de que un día en el bar de la universidad un grupete de indeseables le estuvieron molestando de forma estúpida y soez, temores que surgen de aquella vez que en una discoteca un tío las besó sin mediar palabra, pensando que podía hacerlo porque ella estaba ahí bailando y un sinfin de cosas que imagino, por desgracia, prácticamente todas las que estéis leyendo esto habéis vivido de una forma u otra. Lo vean de una forma más ligera o menos, todas las mujeres, TODAS, han vivido algo así, se han sentido violentadas no como tú o como yo, que igual se metían con nosotros porque llevábamos gafas o unas bambas que molaban más que las del resto, ellas se han sentido violentadas por el simple hecho de ser mujer.

Es una realidad, no me vengáis con chorradas.



Algunos sacarán la lanza de caballería, el escudo y su corcel y se pondrán en plan defensor absoluto a luchar duelos por el honor de las mujeres y todo eso. Escucha un momento lo que dices. ¿A ti te gusta sentirte defendido? ¿No te mola más la idea de no sentirte atacado? Me dirás que eso es complicado porque hay imbéciles que seguirán actuando como cerdos de Atapuerca y no lo podremos evitar, quizás esgrimas la carta de la fortaleza física o digas que también te meterías en una pelea por defender a un amigo. No te asustes, no eres un machista por querer defender al oprimido, pero hay algo mejor que se puede hacer. Quizás los hombres podríamos apoyar a las mujeres como si fueran uno más, qué locura eh, uno más como nosotros. Pues sí, noticias de última hora, lo son.

En nuestro ambiente no abundan las mujeres, pero si las tratamos como si fueran especiales, seguirán sin venir, si las tratamos como si fueran trozos de carne, las pocas que vienen dejarán de venir. No es tan complicado tratar a las mujeres como al resto, intentadlo y ya veréis cómo funciona.

Que nadie malinterprete mi texto, en algunos puntos he podido abusar algo de la ironía. Quiero que las mujeres que lean esto se den cuenta de que al otro lado del abismo estamos unos cuantos que nos estamos enterando de qué va esto y que queremos que podáis disfrutar de vuestras aficiones donde, como y con quién queráis sin sentiros obligadas o restringidas a ciertos juegos, ambientes o personas por el ambiente machista que nos envuelve.

A pesar de que el presidente del gobierno considere irrelevante la brecha salarial entre mujeres y hombres (tampoco sé de qué os sorprendéis, tampoco le parece relevante la brecha salarial entre ricos y pobres), que lo diga tan tranquilamente en la radio y que aún siga de presidente... imagino que no os da esperanzas de que esto vaya a ir a mejor. Que este tipo de posts sean necesarios tampoco mola una mierda.

Aún no somos suficientes en este lado para aplacar a todas las bestias, pero somos muchos y cada vez somos más, no tengáis miedo en alzar la voz; estamos escuchando.


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