Viejos hábitos, viejas glorias
Por hablar, un poco de esto y un poco de aquello. Últimamente tengo la sensación de que estoy reviviendo la mejor etapa friki de mi vida, os cuento. Hay tres o cuatro cosas que siempre me ha encantado hacer, todas tienen que ver con la más sana ludopatía: jugar a rol, videojuegos y wargames. Siempre que he podido participar activamente en estos tres hobbys mi vida ha sido mucho más feliz y ahora siento daros envidia pero... ¡lo estoy consiguiendo!
Jugando a rol una vez a la semana es mucho más de lo que podría imaginar hace tres años. En uno de los primeros posts del blog hablaba sobre eso, así que no os puedo decir más. Estoy superando con creces la etapa en la que más he jugado a rol de mi vida (exceptuando quizás los primeros años de universidad). Mis campañas solían ser de diez o quince partidas y la más corta se alargó durante dos años. Solo hace un mes que empecé a dirigir una campaña veraniega de Hombre Lobo el Exilio y ya hemos jugado cuatro veces... casi la mitad de lo que duraban mis viejas campañas.
Con la inventiva a flor de piel también me está costando mucho menos leer rol. Además en los últimos meses me he permitido unos cuantos caprichos roleros (de los cuales ya os he hablado y os hablaré más adelante) que pueblan mis viejas estanterías con promesas de partidas y campañas sin fin. Por lo menos estoy leyendo un montón y disfrutando con ello.
Luego tenemos el mundo de los videojuegos. Creo que el estar jugando al Zelda en la consola me ha devuelto un poco aquella magia de jugar por jugar. Siempre he sido más jugador de consolas y el volver a tener un juego como este entre las manos me está molando mil. No me malinterpretéis, también estoy muy viciado a muchos juegos de PC que me gustan, sobretodo a los que juego con gente y no en solitario.
Como si todo esto fuera poco, la afición de los wargames ha vuelto a incendiar un pasto que estaba muy receptivo. Tengo como unas ganas locas de darle caña a Age of Sigmar, 40K, Warmachine (me he apuntado a la liga que he montado en la tienda) y hasta estoy pintando miniaturas y todo. Los que me conocen de hace tiempo saben que eso ya es un gran paso.
Mantener un blog más o menos activo también toca una fibra sensible que me recuerda sueños que teníamos y esas cosas. Debo estar medio sentimental porque lo único que puedo reprocharle a mi vida friki actual es que no me da tiempo de leer novelas y ensayos y que no tengo tiempo para más.
Aconsejo a todo aquel que comparta las aficiones que he comentado que no se conforme. Estoy cansado de escuchar lo de que «no me dejan» o el «esto va a salir caro en family points»; si es vuestra afición no dudéis en plantar cara a los que sean que os impidan realizarla. No todo en la vida son obligaciones o deudas y muchas veces las aficiones que he comentado en este post (sobretodo el rol) es muy barato, por lo que la excusa solo existe si quieres que exista.
Ale, por hoy ya habéis tenido suficiente, abuelo cebolleta out.
Jugando a rol una vez a la semana es mucho más de lo que podría imaginar hace tres años. En uno de los primeros posts del blog hablaba sobre eso, así que no os puedo decir más. Estoy superando con creces la etapa en la que más he jugado a rol de mi vida (exceptuando quizás los primeros años de universidad). Mis campañas solían ser de diez o quince partidas y la más corta se alargó durante dos años. Solo hace un mes que empecé a dirigir una campaña veraniega de Hombre Lobo el Exilio y ya hemos jugado cuatro veces... casi la mitad de lo que duraban mis viejas campañas.
Con la inventiva a flor de piel también me está costando mucho menos leer rol. Además en los últimos meses me he permitido unos cuantos caprichos roleros (de los cuales ya os he hablado y os hablaré más adelante) que pueblan mis viejas estanterías con promesas de partidas y campañas sin fin. Por lo menos estoy leyendo un montón y disfrutando con ello.
Luego tenemos el mundo de los videojuegos. Creo que el estar jugando al Zelda en la consola me ha devuelto un poco aquella magia de jugar por jugar. Siempre he sido más jugador de consolas y el volver a tener un juego como este entre las manos me está molando mil. No me malinterpretéis, también estoy muy viciado a muchos juegos de PC que me gustan, sobretodo a los que juego con gente y no en solitario.
Como si todo esto fuera poco, la afición de los wargames ha vuelto a incendiar un pasto que estaba muy receptivo. Tengo como unas ganas locas de darle caña a Age of Sigmar, 40K, Warmachine (me he apuntado a la liga que he montado en la tienda) y hasta estoy pintando miniaturas y todo. Los que me conocen de hace tiempo saben que eso ya es un gran paso.
Mantener un blog más o menos activo también toca una fibra sensible que me recuerda sueños que teníamos y esas cosas. Debo estar medio sentimental porque lo único que puedo reprocharle a mi vida friki actual es que no me da tiempo de leer novelas y ensayos y que no tengo tiempo para más.
Aconsejo a todo aquel que comparta las aficiones que he comentado que no se conforme. Estoy cansado de escuchar lo de que «no me dejan» o el «esto va a salir caro en family points»; si es vuestra afición no dudéis en plantar cara a los que sean que os impidan realizarla. No todo en la vida son obligaciones o deudas y muchas veces las aficiones que he comentado en este post (sobretodo el rol) es muy barato, por lo que la excusa solo existe si quieres que exista.
Ale, por hoy ya habéis tenido suficiente, abuelo cebolleta out.
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