La historia de un librero en Sant Jordi

Ha sido un mes de abril repletito de acontecimientos importantes. A primeros de mes tuvimos la salida al mercado del juego de GW Shadow War Armageddon, lo que antaño se conocía como Necromunda; esto hizo que mi tiempo libre se dedicara casi íntegramente a pintar miniaturas y leer reglas. El juego es chulo, os hablaré dentro de un tiempo de él. Además de este y otros juegos, Sant Jordi se acercaba a marchas forzadas y he tenido unas semanitas muy intensas de preparativos, de los cuales os voy a hablar.


Sant Jordi es un momento bonito del año en las librerías, sobretodo cuando la librería es tuya. Por desgracia no tengo oportunidad de estar muy al día con las publicaciones de las grandes editoriales, así que cuando llega un evento de este estilo me pongo muy contento. El trabajo de investigar los fondos, las novedades y las cosas que sabes que se van a vender seguro es un deporte de riesgo; hay demasiadas cosas a tener en cuenta pero os voy a contar el secreto del éxito. 

Seguro que vas a fallar.

Una vez asumido que la vas a cagar, todo se vuelve mucho más sencillo y simplemente juegas a minimizar riesgos. Cuando sabes que vas a fallar ya tienes en cuenta que habrá una o dos apuestas (si eres bueno), o alguna más (si eres malo) saldrán rana y no venderás lo previsto. Cada año afinas más pero es indudable que este hecho se repetirá ad infinitum. Nunca se tarda tanto tiempo en enviar definitivamente un pedido como en Sant Jordi, ya que lo piensas, lo miras, lo remiras, cambias cosas, vuelves a dejarlo como antes, hasta que una extraña lógica suprahumana te dice que lo dejes y que lo envíes. 

Ahora empieza el verdadero quebradero de cabeza, pensando en qué te puedes llevar, qué debes llevar y qué no hace falta que subas a la parada que seguramente montes en la calle. 


El planning es casi más importante que todo lo demás, de que todo cuadre dependerá gran parte del éxito del día. Recordad que el porcentaje de ventas del día de Sant Jordi no lo consigues con ningún otro evento del año y si consigues que todo rule bien tienes el 50% del éxito asegurado. Lista de material, la cinta adhesiva, las bridas y un plástico para proteger el material de la lluvia son cuatro cosas que jamás puedes olvidar, ¡más importante que los libros mismos! (coña)

Encajar todo lo que te vas a llevar a la parada, prepararlo todo, levantarte pronto el mismo día, subir las cajas a la furgoneta o camión y descargar acaban siendo el trámite necesario para el importante día. Cuando empiezas a colocar libros y más libros sobre las mesas y empiezas a saludar a los clientes más madrugadores te das cuenta de que ya estás en pleno movimiento.


Este ha sido mi tercer Sant Jordi como propietario de una librería y desde luego ha sido con el que mejor me lo he pasado y el que más tiempo me ha consumido. A las 9:30h de la mañana del pasado domingo día 23, con la parada a puntito de estar montada y con la primera venta del día (un juego de rol para un cliente habitual que me lo reservó días antes) todo fue un paseo. 

Son muchas horas pero que pasaban volando como las luces de las farolas cuando conduces por la autopista. Es un gran día de ventas pero también es una gran fiesta, donde amigos y clientes habituales cumplen con ciertas tradiciones y visitas que te arrancan importantes sonrisas. Nuestra tradición (y ya van tres años) hace que un amigo venga a media mañana o media tarde con una palmera de chocolate. 

Total, un día de fiesta que se vive de forma muy diferente a cuando trabajas para otros. Ver que los libros por los que habías apostado triunfan, tener la seguridad que has creado nuevos clientes, que no llueva, palmeras de chocolate, pringles y una cantidad asombrosa de sonrisas, libros y rosas. ¡Gracias a todos y todas los que cada año apoyáis nuestro pequeño proyecto con vuestras compras y cariño!

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